25 de Noviembre de 2010 | Pedro Ortega Ramírez
El Director de Asuntos Jurídicos de la Cancillería de la República, César Vega, señaló que Nicaragua es una de las naciones en el mundo que es reconocida por el cumplimiento de la Convención de Ramsar, que establece la protección y conservación de los humedales.
En Nicaragua, de acuerdo al sitio web del Ministerio de Recursos Naturales y del Ambiente, MARENA, los sitios Ramsar se encuentran ubicados en los Cayos Miskitos y la franja costera inmediata, lago de Apanás Asturias, Delta del Estero Real y Llanos de Apacunca, Refugio de Vida Silvestre Los Guatuzos, Refugio de Vida Silvestre Río San Juan, Sistema de Humedales de San Miguelito, Sistema de Humedales de la Bahía de Bluefields y el Sistema Lagunar de Tisma.
De acuerdo a Vega, todos estos sitios se encuentran completamente protegidos y conservados de acuerdo a lo establecido por el convenio Ramsar, lo que ha sido certificado.
“Son importantes porque son la piedra angular de la conservación de la diversidad biológica a nivel mundial, es decir con los humedales lo que estamos nosotros logrando es preservar el futuro de la humanidad”, señaló Vega.
“Nicaragua es uno de los países más avanzados en estos temas. Tenemos 76 reservas, tres ecosistemas de biodiversidad, por lo menos ha sido reconocido mundialmente como uno de los países que se ha preocupado más por la conservación del medio ambiente”, agregó.
Refirió que en la sentencia del 13 de julio de 2009 de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, donde este organismo mundial jurídico reconoce el sumo imperio de Nicaragua en nuestro Río San Juan, esta entidad señala que nuestro país es un ejemplo en el cuido y preservación del medio ambiente.
Sostuvo que Nicaragua es un ejemplo para los vecinos, tanto del norte y del sur, de cómo el Estado y sus instituciones, así como la población se preocupa por el tema ambiental y la conservación de sus reservas ecológicas.
Vega manifestó que, con la limpieza que Nicaragua realiza del Río San Juan, primero va a oxigenar el mismo cuerpo de agua y a su vez se tendrá la navegabilidad necesaria.
Por su parte, el Asesor Presidencial para Políticas Públicas, compañero Paúl Oquist, reiteró que Costa Rica ha causado daños invaluables al ecosistema del Río San Juan.
Manifestó que la erosión y sedimentación, la contaminación de los cuerpos de agua nicaragüenses por parte de los costarricenses, ha sido muy perjudicial, sobre todo el desvío de las aguas del Río San Juan de Nicaragua que conlleva a una destrucción de los humedales.
Recordó que gracias al avance de la frontera agrícola de parte de Costa Rica y el uso de agroquímicos, esto ha tenido impactos negativos incluso en el Lago de Nicaragua.
También hay impacto sobre humedales alrededor del lago de Nicaragua, hay impacto sobre la calidad del agua en Río San Juan, hay impacto sobre la biodiversidad, señaló el asesor.
Dijo que los bosques de la zona norte de Costa Rica han sido despalados para impulsar una agricultura intensiva en el uso de agroquímicos y en fertilizantes.
Recordó que Costa Rica es el cuarto país en el mundo que utiliza con intensidad fertilizantes químicos que van a caer a los ríos y lagos, lo que crea algas verdes y azules que dañan los humedales.
Reiteró que Costa Rica no ha cumplido con el principio de que los Estados son responsables por los daños que ocasionen a otros países.
Los sitios Ramsar son humedales de importancia internacional, representan verdaderos refugios de conservación para la flora y fauna que habita en ellos y para las poblaciones que viven a su alrededor.
La Convención sobre los Humedales fue firmada en la ciudad de Ramsar, Irán, en 1971, de allí el nombre de la misma.
Actualmente cuenta con 123 Partes Contratantes (Estados miembros) en todo el mundo.
Este acuerdo internacional es el único de los modernos convenios en materia de medio ambiente que se centra en un ecosistema específico, los humedales, y aunque en origen su principal objetivo estaba orientado a la conservación y uso racional en relación a las aves acuáticas, actualmente reconoce la importancia de estos ecosistemas como fundamentales en la conservación global y el uso sostenible de la biodiversidad.
